Cuando yo te diga, corre.
Vamos a coger todo eso que nos han quitado. Cuando no miren, nos acercamos. Después, huímos. A donde nos lleven nuestros pasos, no tenemos un recorrido marcado. Pero no nos podemos separar, yo te sigo a ti, sígueme tú a mí también. El cansancio merecerá la pena, te lo juro. Y entonces, cuando lleguemos a ese punto, donde todo esté bien, como siempre ha estado, cogemos todo aquello que no queremos perder, y nos atamos a ello. Fuerte. Fuerte como hemos sido hasta ahora. Fuerte como tenemos que seguir siendo. ¿Vale?
Bien, ahora corre.
Bien, ahora corre.
No hay comentarios:
Publicar un comentario